CAMINO DEL CALVARIO (50 de 77)

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¡Alabado sea Jesucristo!

México, D.F., Abril 13 del 2015

 

V.9.- CAMINO DEL CALVARIO

(Mt 27, 31-32; Mc 15, 20-21; Lc 23 26-32; Jn 19, 16)

“. . . Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle. . .”

Evangelio Según San Mateo

“. . . Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara la cruz.  Le conducen al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario. . .

Evangelio según San Marcos

“. . . Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él.  Jesús, volviéndose a ellas, dijo: ‘Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos.  Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron!  Entonces se pondrán a decir a los montes ¡Caed sobre nosotros! y a las colinas ¡Cubridnos!  Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué harán?’  Llevaban además otros dos malhechores para ejecutarlos con él. . .”

Evangelio según San Lucas

 

            Jerusalén está llena, como nunca, de gente extraña a la ciudad; además de los peregrinos que vienen cada año en ocasión de la Pascua, ahora han arribado un número mayor de personas, porque saben que Jesús de Nazaret está allí, y para los que nunca le han visto, es la gran oportunidad de conocerle.  La multitud se ha fanatizado y polarizado debido a un desmedido descenso de las huestes de Satanás sobre la humanidad; éstos saben que es su última oportunidad para impedir que el Señor culmine su obra salvadora.  La gente ha ido desde el delirio de querer proclamar Rey a Jesucristo (hace apenas cinco días), hasta gritarle a Poncio Pilatos que lo mande crucificar.  Otros en cambio sufren junto a Jesús.

            Esta turba endemoniada, solo es parecida a la que Jesucristo tuvo que enfrentar en ‘su natal’ Nazaret al inicio de su Ministerio; aquella vez que dijo que “. . . Nadie es profeta en su propia tierra. . .”  Sí, esa misma ocasión en que ‘sus paisanos’ querían despeñarlo desde las rocas nazaritas porque, a causa de su poca fe, no les había ‘complacido’ con un milagro.  El acecho del Demonio entonces y el acecho del Demonio ahora; allá cuando empezaba su predicación, aquí en el fin de sus días como el Hijo de hombre.  Satanás se pasea en medio del tumulto como único soberano de esas desaforadas y vacías almas humanas; solo él y sus diablos poseen la voluntad de la desquiciada multitud.  No hay nadie que lo detenga; no hay nadie que lo afronte con el bien, la verdad y el amor.

            Ha tomado forma humana, pero manifiesta en ella todas las debilidades e imperfecciones causadas por el pecado; todo él es deformaciones desagradables y yagas vivas en descomposición.  Tiene el color gris verde característico de los cadáveres humanos a punto de iniciar la putrefacción maloliente e insoportable.  Ha escogido para la túnica que lo cubre de cabeza a pies, su color predilecto: el negro opaco; ése que absorbe toda la luz (su antítesis), sin reflejar jamás un rayo o un destello.  Él cree que parece un hombre, pero cuantos lo ven, sienten repugnancia ante su presencia.  Sus ojos reflejan la mirada del odio, la soberbia y desesperación; haciendo ver su grasiento rostro como algo insoportable de mirar. Y qué decir del olor, es nauseabundo y putrefacto; da la sensación de quitar todo el aire respirable que hay.  ¡Estás como ‘obra maestra del mal’ Satanás! ¡No pudiste haber quedado peor! Y allí anda, entre todos; gozando del momento de maldad que viven los humanos a costa del Santo de Dios.

            La primera Vía Crucis, o Camino de la Cruz, que se escenificó, es la más denigrante procesión que hayamos realizado alguna vez los humanos; vejamos a Dios hecho hombre, nos burlamos del Mesías, nos gozamos del sufrimiento del Cordero de Dios, nos hartamos de ofender al Cristo.  Nunca hemos hecho algo peor. Nunca hicimos igual ni siquiera con alguno de los enviados de Dios.  ¡Esta vez lo hacemos con el Hijo de Dios; lo hacemos con Dios mismo!  Esta Vía Dolorosa, de apenas mil ochocientos metros de largo y tres horas de duración, ha sido la más abominable situación creada por hombres y demonios en el acecho contra el Mesías. Es sin lugar a dudas, el abismo más profundo que nuestra ingratitud ha logrado contra Dios, dando lugar por consecuencia, a la cima más espectacular alcanzada por Satanás y la maldad entre la humanidad.  ¡Es una verdadera pena tan solo recordarla!

            (La Iglesia, en lugar de borrar tan desagradable momento de la indigencia humana con respecto a Dios y su amadísimo Hijo, lo hace recordar diariamente, a fin de que todos estemos conscientes de ello y nunca más volvamos a cometer tan estúpido e infame error.  La Tradición Cristiana desde hace siglos, ha colocado en todos los templos y capillas donde haya un Sagrario con el Santísimo, una réplica de las Catorce Estaciones del Vía Crucis, además de exigir el rezo de oraciones de contrición y penitencia. ¡Nunca más, Satanás; nunca más nos harás hacer esto!)

            ¡Parece que estás ganando Demonio de demonios! Pero desde este profundo y obscuro hoyo de iniquidad que has creado, saldrá lo que finalmente te dominará.  Pues, si has generado tanta maldad contra el Santo de Dios, Él producirá un grado más de Bien para vencerte.  

Afectísimo en Cristo de todos ustedes 

 

Antonio Garelli

 

 

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