Las emociones son inherentes a nuestra vida, a nuestro caminar diario, son la reacción a cada acción, del exterior o del interior, todo lo perceptible a nuestros sentidos se convierte en una emoción. Esto en conjunto con lo que pensamos y como lo pensamos concluye en emoción, sin embargo, también el cómo pensamos influye en la manera en que utilizamos y manejamos nuestras emociones, dado que, además de estar presentes en la salud física y mental de cada individuo.
Se han seleccionado y analizado la existencia de cuatro emociones principales o primarias, la ansiedad, que se da al pensar demasiado en el futuro, para bien o para mal, la tristeza que generalmente viene de pensar negativamente sobre el pasado, la felicidad, que se da al disfrutar del presente, estar en calma, sonreír y mantenerse saludable en todos los sentidos, ya que tiene consecución con nuestro organismo y mejora nuestro sistema inmune…y finalmente, el enojo, relacionado con el pensamiento de fallas en el plan, no debe ser así, no debió ser así, etc. Las demás emociones surgen de la mezcla entre estás cuatro primarias.
"La verdad es que, probablemente, nuestros mejores momentos se dan a partir de sentirnos profundamente incómodos, tristes o insatisfechos.
Porque sólo en esos momentos, impulsados por nuestro malestar, es probable que salgamos de nuestra rutina y empecemos a buscar diferentes caminos o respuestas verdaderas".
M. Scott Peck (Psiquiatra y escritor americano).
Sin embargo, aunque parezca lo contrario cada emoción nos es sumamente útil, pues pensando en el futuro, prevenimos y nos protegemos, pensando en el pasado, aprendemos y mejoramos con cada experiencia, pensando en el presente disfrutamos y luchamos por avanzar, y aunque se diga que el que se enoja pierde, el enojo nos da fuerza y coraje para superar todos los obstáculos.
La utilidad de cada emoción recae en la manera en que nosotros permitimos que controle nuestra vida, todo en exceso es malo, y la inteligencia emocional nos ayuda a dirigir el peso que cada emoción pondrá en nuestros hombros, así como la manera en que afectará o servirá para nuestra trascendencia. Puesto que el no contar con inteligencia emocional podemos sabotear nuestras relaciones personales o laborales, e inclusive, incurrir en nuestra salud, al abrumar a nuestro cuerpo de estrés, de tristeza o de ansiedad.
La inteligencia emocional tiene como primer objetivo identificar la emoción que el cuerpo percibe, lo que radica en el autoconocimiento, ya que en cada uno las emociones afectan de manera distinta aunque con características similares, al saber que emoción es la que estamos experimentando actualmente nos lleva a actuar de manera sabia, controlar la emoción sin permitir que ocurra de manera inversa.
Cada uno elige qué es lo que desea hacer con cada emoción, crear o destruir, unir, separar, cortar, pegar, moldear, armar, pintar, proponer, cambiar, conservar, conocer, aprender…
Para el manejo de cada emoción podemos recurrir a diversos ejercicios físicos o mentales que se basan casi siempre en la relajación, cediendo a un punto neutro en el que el cuerpo puede pensar y actuar sin poner en primer término la esporádica, útil, única, inefable y definible emoción.
1.- FARFÁN Ma. Teresa, ene 21 2013. Individuo y Sociedad mombita.com/aprende_a_conocer_tus_emociones/