¡Alabado sea Jesucristo!

México, D.F., Enero 22 del 2015

IV.5.- LAS AUTORIDADES JUDÍAS

DECIDEN LA MUERTE DE JESÚS

(Jn 11, 45-54)

“. . . Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: “¿Qué haremos?  Porque este hombre realiza muchos signos.  Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.” 

Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: “Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta de que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación.”

Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era el Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación – y no solo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.  Desde ese día, decidieron darle muerte. . .”

 

            Bien señalaba yo hojas atrás, que en este tiempo sobre toda Jerusalén, como nunca en su historia, Satanás había descendido junto con sus huestes incontables.  ¡Pero más aún sobre escribas y fariseos!  Qué forma de dejarse poseer; qué manera de rendirse ante el mal.  ¡Cada uno ha de tener una legión de demonios dentro de sí mismo!

            Esto ocurre inmediatamente después de que Cristo Jesús ha vuelto a la vida a su muy querido amigo Lázaro (quien por cierto vivirá muchos años más después de este Glorioso momento, y claro está, como Siervo de Dios); y muchos de los que vieron el portentoso milagro, no tan solo no han creído, sino que le han dado cabida al Demonio en su alma y han venido a ‘informar sobre lo sucedido’ a los Sumos Sacerdotes, quienes ya no saben cómo detener al Mesías y han ‘convocado consejo’ para decidir qué hacer.  ¡Magnífica oportunidad para que el Demonio siga al acecho del Mesías! 

            Solo hay un ‘pequeño detalle’ que no concuerda entre los planes de disuasión de Satanás contra el Mesías y lo que a estos se les ha ocurrido: dar muerte a Jesús de Nazaret.  No es igual oponerlo, desanimarlo, desesperarlo ante la poca fe e incredulidad de los hombres, lastimarlo interna y externamente con acontecimientos que mengüen su resistencia (como las muertes de sus seres queridos), que matarlo.  ¡Estos seres humanos, todo echan a perder!, habrá pensado el Diablo. ¡¡Si lo matan, toda su obra de desistimiento contra el Hijo del hombre, se vendrá abajo!!  Porque si Jesús de Nazaret en martirizado y muerto, Dios lo ensalzará como ‘el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’; esto es como El Redentor, el Salvador, el Nuevo Adán, ¡¡precisamente lo que el Satán no quiere que ocurra!!  Él quiere que el ‘verdadero hombre’ que hay en Cristo, impere sobre el ‘verdadero Dios’ que es Él.  Hay la posibilidad de que esto suceda; tiene voluntad humana igual que todos, igual que Adán y Eva.

            No va a ser fácil para el Príncipe de las Tinieblas actuar entre tantas voluntades humanas, se va a tener que aplicar mucho en sus próximos acechos; pues ya hay quienes que, en la desesperación, quieren acabar pronto con la vida de este Jesús de Nazaret.  ¡Ese Caifás es verdaderamente nefasto!  El Satán tiene miles de años luchando contra el momento de ‘la plenitud de los tiempos’ que han anunciado los patriarcas y profetas; tiene treinta años acechando la vida humana ‘oculta’ de ‘Dios hecho hombre’; tiene tres años batallando contra Él desde su Unción en el Jordán; y sin en cambio, este Sumo Sacerdote lleva solo algunos meses de perseguirlo ¡y ya lo quiere matar!  ¡Va a echar a perder todo!

            El Demonio habrá estado diciendo entonces: “¡No importa cuantos años pasen, lo que importa es que Jesús de Nazaret, como hombre, caiga; y con ello se anule la posibilidad de ser el Cristo!”  De esto se trata, no de que, a pesar de tanta maldad, finalmente se logre la Redención.  Los secuaces humanos del Diablo están confundiendo las cosas: no hay que eliminarlo quitándole la vida; hay que desprestigiarlo, abrumarlo, hacerlo caer en pecado y entonces se elimina él solo.  A Satanás se le ha multiplicado el trabajo, por eso seguirá acechando al Mesías. 

Afectísimo en Cristo de todos ustedes

 

Antonio Garelli

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