DISCUSIÓN SOBRE TRADICIONES FARISÁICAS (24 de 77)

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¡Alabado sea Jesucristo!

 México, D.F., Noviembre 19 del 2014

III.4.- DISCUSIÓN SOBRE

LAS TRADICIONES FARISÁICAS.

(Mt 15, 1-9; Mc 7, 1-13)

“Entonces se acercaron a Jesús algunos fariseos y escribas venidos de Jerusalén, y le dijeron: ‘¿Por qué tus discípulos transgreden la tradición de los antepasados?  Pues no se lavan las manos a la hora de comer.’ 

Él les respondió: “Y vosotros, ¿por qué transgredís el mandamiento de Dios por vuestra tradición?  Porque Dios dijo; Honra a tu padre y a tu madre; y, El que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte. 

Pero vosotros decís: El que diga a su padre o a su madre: ‘Lo que de mí podrías recibir como ayuda es ofrenda’, ése no tendrá que honrar a su padre y a su madre. Así habéis anulado la Palabra de Dios por vuestra tradición.  Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo:

            ‘Este pueblo me honra con sus labios,

            pero su corazón está lejos de mí.

            En vano me rinden culto,

            ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.’”

           

            Está muy claro, Satanás tomó siempre la persona de escribas, fariseos y saduceos para atacar constantemente a Jesucristo respecto de tradiciones y mandatos de Ley.  Pero esta vez no se midió, ‘los mandó a la guerra sin fusil.’  Así de ilusos (por no llamarlos estúpidos), eran la mayoría de estos individuos; se presentan ante Jesús (que ya para entonces tenía fama de Gran Rabboni entre el pueblo), con una cuestión de forma de las ‘tradiciones judías’, olvidándose del fondo perfectamente claro de la Ley.  Además, Jesús ha usado el más puro formato galileo de un interrogatorio incómodo: ‘Contesta con una pregunta la que te han hecho primero; así el otro, ni volverá a preguntar ni entenderá si le realmente le contestaste.’ Y los venidos de la Gran Ciudad, nada tienen qué decir (y haber recorrido ciento cincuenta kilómetros a pié, para nada, es el colmo).

            Esta ocasión, hasta el Demonio se vio incauto; o los que escogió en verdad eran muy tontos, o esta intervención jamás debió haberla permitido.  Lo que sí es cierto, es que a este ‘galileo’ nunca le van a ganar una.  Cuánto habrán aprendido los discípulos, especialmente los más estudiados, los que sí asistieron a las escuelas judías (como Leví de Cafarnaúm, hijo de Alfeo (Mateo), y Bartolomeo de Betania, (Natanael) el descendiente de la casa real egipcia); cuando el Divino Maestro aplica sus conocimientos puramente humanos contra sus detractores.  Qué claro debió haberles quedado lo distorsionada que era la enseñanza farisaica.  Para todos va quedando diáfano que Éste, en verdad es el Mesías.  Ya no hay más a quién esperar; están viviendo al ‘Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’, al Salvador, a Cristo Redentor.  Qué gran gracia que Dios les haya permitido constatar su presencia en la teoría (porque sabían) y en la práctica (la cual vivían en carne propia).  Para todos hubo manifestación explícita de Fe.

            Si se lee este mismo pasaje redactado por San Marcos (que es más largo por la explicación que le da a los judíos romanos acerca de la costumbre de lavarse las manos), es fácil darse cuenta del enredo que se había hecho de la Ley, los Profetas y las tradiciones, por parte de escribas y fariseos, para mantener su influencia y dominio sobre la gente común.  Había miles de preceptos (no exagero), que abarcaban toda la vida de cualquier persona: del nacimiento a la muerte; del alba al ocaso de la vida; de lo concreto a lo inexplicable de la existencia.  Toda la vida (y aún la muerte) de un ser humano estaba comprendida y afectada por la Ley y las tradiciones.  Con la Ley, se tenía presencia de Dios; con algunas de las costumbres, había acecho del Demonio.

            Pobre Satán, con esos representantes enviados, la verdad, es mejor no atacar.  Ya Isaías (29; 13-14), setecientos cincuenta años antes de Jesucristo, había asentado lo indigno del actuar del pueblo y sus dirigentes; ahora con la ‘plenitud de los tiempos’ en su apogeo, debió haber estructurado mejor su intervención; porque de la forma en que lo hicieron, solo evidenciaron su desconocimiento respecto del Mesías y lo único que sacaron fue una terrible y deshonrosa reprimenda, sin posibilidad de respuesta alguna, ante un ‘galileo’ muy instruido, algo nunca antes visto.

            Pero estos ilusos y necios fariseos seguirán siendo hostigados por el Demonio para continuar el acecho sobre el Mesías; no importa qué tan mal lo hagan, continuará usándolos, aunque no logre sus objetivos.

Afectísimo en Cristo de todos ustedes,

Antonio Garelli

 

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