¡Alabado sea Jesucristo!
Ciudad de México, Marzo 3 del 2016.
32.- “PARÁBOLA DEL BUEN PASTOR” (Penúltima de la Serie)
(Jn 10, 1 – 18)
“En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama (por su nombre) una por una y las saca fuera.
Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.”
ACTOS DE PREPARACIÓN:
Aprovechando la Fe, Gracia Divina del saber teologal, voy a fundirme como el acero junto con el Evangelio, para lograr hacerme uno con mi Creador, al menos en ‘Espíritu y en verdad’, como dice San Juan.
Así, con la Esperanza, actuando como camino espiritual hacia Dios, llevaré mi alma por los senderos que me marque el Señor hasta su encuentro.
Y con la Caridad, me dispondré en cuerpo y alma para ser instrumento del Amor de Dios entre mis hermanos, los hombres.
PETICIÓN:
Padre de bondad, que te dignas tomarnos en cuenta en Tu plan de salvación, dame la posibilidad de desempeñarme cabalmente en tus mandatos a fin de responder de acuerdo a cuanto esperas de mí.
EL TIEMPO Y EL LUGAR:
El evangelio de San Juan no es sinóptico, no maneja ni tiempos ni eventos; simplemente asienta lo que de las enseñanzas del Señor debemos aprender y retener para nuestro propio bien. Sin embargo, cabe mencionarse que esta parábola (que solo describe el hijo de Zebedeo), es fundamental para el Cristianismo de los Siglos I y II, pues de ella emana la primera imagen con la que se reconoció a Cristo Jesús en el mundo romano, aún en plena época de persecución: un pastor muy ‘latinizado’, con aspecto sereno, y con una oveja sobre sus hombros en señal de protección.
San Juan solo reseña dos parábolas en su Evangelio: ésta de “El Buen Pastor” y la de “La Vid Verdadera”, y ambas solo son de él; pues ninguno de los otros tres Evangelistas las refieren. Las dos están colocadas dentro de los últimos siete días de la vida del Señor (lo que se logra saber sincronizando sus escritos con los de los Sinópticos) y lo hace en Jerusalén, antes de su viaje a Betania, en ocasión de la resurrección de Lázaro, su amigo muy amado.
LOS PERSONAJES Y ELEMENTOS:
Esta es otra de esas parábolas que el Divino Maestro nos explica con lujo de detalles, como para que no tengamos duda alguna. Conviene aquí transcribir al Señor, tal como Él lo ha dicho:
“Entonces Jesús les dijo de nuevo: ‘En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersas, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas.
Yo soy el buen pastor; y conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño y un solo pastor. Por eso me ama el Padre porque doy mi vida para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo. Esa es la orden que he recibido de mi Padre.’”
MEDITACIÓN:
Después de tan magnífica explicación, ya no queda nada que agregar; quizás solamente volver a leer, pensar en lo que dice el Señor y meditar, meditar mucho en el significado que tienen para mí sus bellísimas palabras.
“Yo soy la puerta de las ovejas. . . si uno entra por mí, estará a salvo. . .” Es cierto que las ovejas no piensan, pero sí sienten; y cuando se sienten protegidas por un pastor así, su existencia transcurre tranquilamente. Igual debe ser para mí. Si yo soy oveja y Cristo mi pastor, entonces mi vida debe ser ecuánime, armónica y pacífica.
“El buen pastor da su vida por las ovejas”. Y Éste Pastor verdaderamente la dio; y la dio en sacrificio, no solo con el significado humano de ‘dar la vida’, sino con el acto divino de entregarse hasta la muerte, ‘y una muerte de cruz’, como lo recuerda San Pablo haciéndome consciente de su entrega.
“. . . y conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí. . .” Tan solo pensarlo es tranquilizante; que Cristo me conozca por mi nombre es vivificante.
“También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño y un solo pastor.” Esta es la parte que más me gusta, pues el Señor está pensando en mí, en nosotros, todos los cristianos que seguimos su voz muchísimos años después de su presencia en la tierra. Aquel redil eran sus Apóstoles, sus discípulos, sus seguidores; todos judíos, todos merecedores en primer lugar de la salvación, por ser descendientes del pueblo de Israel, el pueblo de la Promesa de Dios. Pero Jesucristo no nos excluyó ni entonces ni ahora. Igual que aquéllos, yo estoy incluido para la salvación en el Mesías, en el Cordero de Dios. ¡Soy parte de ese ‘un solo rebaño y un solo pastor’ por medio de la Fe, la Esperanza y la Caridad, dones Divinos concedidos por Gracia de Dios! Ahora solo es cuestión de testimoniar tales dones, haciéndolos viva realidad.
FRUTO:
VOY A ESCRIBIR DOS PROPÓSITOS TANGIBLES Y ALCANZABLES QUE DEBERÁN CAMBIAR MI VIDA, A FIN DE SER UNA PERSONA CONGRUENTE ENTRE LO QUE ACABO DE APRENDER DE JESUCRISTO Y LO QUE DEBO HACER COMO UN DIGNO SEGUIDOR DEL SEÑOR.
1
2
ORACIÓN A MARÍA:
Virgen Santísima, habiendo sido la primera seleccionada para ser oveja de tan Digno Pastor, permíteme reconocer la voz de Tu Hijo, mi hermano y Señor, para que Él me considere parte de su rebaño; el redil del Buen Pastor.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
PADRENUESTRO – AVEMARÍA
En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
Afectísimo en Cristo de todos ustedes,
Antonio Garelli
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Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.