Lo que puedo reflexionar de la cita bíblica El joven rico (Mateo 19:16-30) comienza con la oración que se encuentra dentro de esta cita “—Maestro, ¿qué de bueno tengo que hacer para obtener la vida eterna?” Cuando leo la idea completa, puedo pensar que el joven hace las cosas para ganar algo como por conveniencia, sin embargo debemos hacer las cosas de corazón sin esperar nada a cambio, aunque a veces parezca difícil.
“—Si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos.” Debemos ver este consejo de Jesús como algo que debemos amar al realizarlo, no tenemos que caer en la idea de que es obligatorio, de sentirnos limitados por seguir los mandamientos y ser coherentes, ya que a veces llegamos a conocer personas que dentro de la Iglesia los siguen y expresan lo bueno que hacen, pero fuera de la Iglesia se portan diferente.
Cuando Jesús le explica que mandamientos debe obedecer, el joven le dice que ya los ha cumplido todos ¿Qué más le hacía falta?, Jesús le contesto que si quería ser perfecto las riquezas que tenía debía repartirlas a los pobres para así tener la vida eterna, pero obviamente el joven se puso triste.
Para tener la vida eterna se deben hacer sacrificios, pero un sacrificio que de verdad sea difícil de cumplir ya que ese es el verdadero propósito de un sacrificio, especialmente para Dios y la recompensa de la vida eterna.
Puedo reflexionar y concluir, que un sacrificio de verdad como el del joven rico era uno que valía la pena para la recompensa tan grande que ganaría, la enseñanza que dejo Jesús a sus discípulos fue: “le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.”