Elliott es un chico joven y solitario que vive con su madre y sus hermanos, Michael y Gertie. Un día, mientras busca algo en el patio trasero, intuye que algo misterioso en el bosque lo está observando. No se equivoca, una figura extraterrestre aparece por la puerta del invernadero. La nave en la que viajaba junto a sus compañeros, ha despegado sin él, y ahora deberá encontrar la manera de regresar a su planeta.

Entre el chico y ET se crea un fuerte vínculo de amistad, el uno aprende del otro. Mantener a salvo el secreto, hace que Elliot se vuelva más valiente y menos temeroso de la vida. Mientras, ET empieza a construir un dispositivo de comunicación con los aparatos que encuentra por casa.
Todo comienza a tambalearse cuando un grupo de científicos del gobierno conocen de la existencia de ET.

 

 

Sin lugar a dudas, la base sobre la que se asienta la película es inmejorable: El reparto (Henry Thomas, acompañado por la maravillosa Dee Wallace, Peter Coyote y una pequeña Drew Barrymore.), la idea original, unos diálogos,que gracias al marketing, han pasado a la historia (¿quién no recuerda: ... mi casa, teléfono ...?), los efectos especiales, pero sobre todo, la maravillosa banda sonora compuesta por John Williams.

E.T. entra dentro de ese grupo de películas mágicas que aunque veas una y mil veces, siempre acabas emocionándote. Una película que te hace soñar en un mundo mejor, que le da sentido a la amistad y sobre todo, que te devuelve a la infancia más inocente.