Que cansado es mi trabajo, es algo que definitivamente hago bien, solo yo, soy capaz de hacerlo, eso de cargar almas en mis brazos y recorrer el camino que solo yo conozco perfectamente, es extraordinario claro.  Sólo yo puedo dar ese pesar a todas las personas y esa inexplicable tranquilidad a quienes abrazo.

No hace falta que me presente, nunca hace falta, pueden adivinar quién soy, de cualquier manera nos conoceremos a su debido tiempo, no podremos conversar mucho, porque todo será extraño para ustedes y suelen quedar sin palabras.

A veces me siento como los humanos, me siento extraña, inservible, despreciada, me siento, me siento sentimental, me pregunto de repente tantas cosas sobre todo, en la soledad uno se pone a pensar incluso sobre su existencia, ¿existiré yo, realmente existiré yo?, y si es así, ¿tiene algún sentido mi existencia?

Tiene sus ventajas y desventajas ser yo, soy única, soy yo…a mí nadie me miente acerca de lo que ha pasado, los culpables e inocentes, de mí, no se esconden. Las enfermedades, los accidentes, los no accidentes y la bella vejez, no son mis aliados, pero puedo decir que sus secretos los he descifrado ya.

Sin embargo, lo que más por mis sueños pasa, son los rostros de tristeza y agonía que he visto a por mayor, es la peor parte, mi memoria es tan cruel en ese aspecto, he aprendido que los ojos transmiten todas las emociones, y yo, yo solo veo las lágrimas con las que todos derraman trocitos del amor.

A veces me escapo, en los segundos que tengo libres, corro a ver a los niños, son quienes más contagian de tanta felicidad y ternura, sus risas y carcajadas son un deleite, a veces cuando sus mamás los ven, también lloran, veo lágrimas, pero estas son especiales, son diferentes, son de alegría, pero también derraman cachitos de amor.

Un día abrí las puertas y todas las almas salieron a dar un paseo, sus familias los sintieron cerca y prepararon grandes celebraciones, había música, rica comida, bebida, coloridos y luminosos adornos. Todas las almas hablaban de mí y las personas, y me sonrieron, me hicieron figurillas de chocolate, me dibujaban, me hacían bailes, canciones, escribían sobre mi…no soy capaz de asegurar nada, pero creo que me querían. Y fue tan hermoso que quise repetirlo, pero tuve que elegir solo un día, comprenderán que no tengo vacaciones, sin embargo, el esperar ese día es tan especial para mí, como para todos, es día de alegría, recuerdos y catrinas.