¡Alabado sea Jesucristo!
México, D.F., Julio 5 del 2015
VI.14.- MARTIRIO DE SANTIAGO EL MAYOR
EN EL 44 d.C.
(Hc 12, 1-2)
“Por aquel tiempo el Rey Herodes echó mano a algunos de la Iglesia para matarlos. Hizo morir por la espada a Santiago, el hermano de Juan.”
Así de escueta es la narración que nos deja Lucano, el escritor de los Hechos de los Apóstoles, respecto del martirio del primero de los Doce, el de Santiago el Mayor, el hermano de Juan, los hijos de Zebedeo. Este Herodes es Agripa I, nieto de Herodes El Grande, sobrino de Herodes Antipas, quien había sido depuesto en el 39 y que murió envenenado en ese mismo año en Hispania. Así pues, estamos hablando de la tercera generación de asesinos de cristianos en apenas cuarenta años de historia.
Herodes el Grande fue el que quiso matar a Jesús en su nacimiento; y que acabó masacrando a los Santos Inocentes de Belén. Herodes Antipas mandó decapitar a Juan el Bautista y después entregó a Jesucristo para ser ‘juzgado’ y martirizado por Poncio Pilato. Y ahora éste, Herodes Agripa I, manda matar a Santiago. Once años ha del Martirio de Jesucristo en la cruz y Satanás sigue prendado a su absurda persecución poseyendo a estos diabólicos gobernantes de los judíos. Aunque los acechos del Demonio no pudieron detener la Redención del mundo, éste sigue en su empecinada tarea de exterminar cristianos.
Santiago el Mayor, es el Apóstol que viajó desde Jerusalén hasta Tarraco (en los límites occidentales del Imperio Romano, en Hispania), para predicar el Evangelio de Jesús y dejar allá una gran conversión de prosélitos cristianos. Es también recordado por las ‘distinciones’ que recibe del Divino Maestro (junto con Juan, su hermano y Simón, Pedro), en momentos claves del Ministerio de Cristo: la vuelta a la vida de la hija de Jairo, La Transfiguración en el Tabor y la Oración en Getsemaní. Solo once años pudo Santiago el Mayor dedicarse a la propagación del Evangelio, pues en su primer regreso a la Ciudad de David desde Cartago, fue decapitado. Sin embargo, navegó más de seis mil kilómetros; y hay indicios de su estancia en lugares como Chipre, Creta, Siracusa, Cartago, Tarraco e Iria Flavia, cerca de donde fueron llevados sus restos mortales desde Jerusalén.
Así, cada uno de los Doce Apóstoles de Jesucristo irán dejando su huella en La Evangelización del mundo, en cumplimiento de las palabras de su Divino Maestro: “. . . Id, pues, y hace discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. . .” (Mt 28, 19-20) ¡Así lo hicieron todos, a pesar de que seguía “El Demonio al acecho del Mesías”!
Afectísimo en Cristo de todos ustedes,
Antonio Garelli
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