Valle de Chalco; palabras que para muchos el simple hecho de escucharlas se vuelve incómodo, ya que lo primero que llega a su mente es: delincuencia, violencia, inseguridad, narcotráfico, vagancia y quizá muchas otras características más que la televisión o los medios de comunicación nos muestran diariamente… ¿Pero qué es lo que realmente piensa alguien como yo?
Para mí, Valle es más que el lugar donde vivo, porque fue el lugar que me vio nacer, un lugar lleno de deficiencias, pero también de muchas cosas buenas que muy pocos observan. Sé que la mayoría espera que mencione cosas negativas de él , pero en mi opinión , mi municipio no es lo que se cree, es más que eso, porque por experiencia puedo decir que a diferencia de cómo lo recuerdo años atrás, ha cambiado y mejorado en gran parte; por ejemplo: antes era una fortuna encontrar una calle pavimentada entre miles que estaban en malas condiciones, no había banquetas donde transitar, e incluso los servicios de agua, luz y teléfono eran distantes para casi todos en la comunidad. Actualmente, Valle de Chalco ha dejado atrás todas esas condiciones para volverse un lugar habitable que contribuye al desarrollo de miles de mexicanos que tienen deseos de superarse y llegar al éxito. Estas son reflejadas en: Universidades y escuelas de calidad, servicios médicos al alcance de todos, programas de atención ciudadana, programas para combatir la pobreza, entre otras. Esto sólo por mencionar algunos de los alcances que hemos logrado obtener.
Sin embargo, como es de esperarse, no todo puede ser tan perfecto. Tanto Valle de Chalco, como México aún tienen muchos problemas que resolver, pero esto no se puede lograr si nos hacemos los que no escuchamos o no vemos lo que pasa diariamente y lo ignoramos con tal de no enfrentarlo.
A veces puede darnos temor el cambio, pero no todo lo que cambia es malo, peor es quedarse en el conformismo de que alguien más tome decisiones por nosotros.
Desgraciadamente, cada día hay más personas que se cierran a la oportunidad de ver un México distinto, y es irónico saber que las personas que más quejas tienen son las que menos aportan algo para solucionarlo.
Primero que nada, pienso que para tener soluciones, debemos detectar los problemas más comunes. Ponernos en el lugar de la comunidad y empezar por saber qué nos incomoda, porque seguramente, lo que a nosotros nos causa un problema, lo puede ser para cientos de personas más.
El mundo no gira alrededor de una persona, sino de cada uno de los seres que lo habitan: llámese animal, planta, microorganismo o humano, todos dependemos de todos para sobrevivir. Todos somos engranes de un Gran país. Yo no quiero un México lleno de fronteras, quiero un México que se mueva, que camine, que abra los ojos y que se dé cuenta que no todo es malo; que si podemos mencionar 1000 cosas malas, siempre habrá un número más en cosas buenas, pero que si no las sabemos cuidar pueden desaparecer.
El poder, no recae en una sola persona, todos podemos hacer un cambio sin necesidad de ser Presidente, ser un médico o un bombero, solo es cuestión de esperanza y coraje. Y estas últimas nadie nos las va a regalar o a dar, nosotros tenemos que encontrarlas o incluso desarrollarlas.
La imaginación del hombre no tiene fin pero desgraciadamente la vida terrenal sí. No hay que esperar a que llegue ese día para arrepentirnos de lo que no hicimos, nunca es tarde para soñar. Cambiemos el dicho popular que dice; “El que no tranza, no avanza”, por: “El que no genera, no avanza”, porque justamente eso lo que el lugar donde vivo necesita: generar ideas, generar vida, generar ilusiones, generar un mundo mejor.