¡Alabado sea Jesucristo!
México, D.F., Septiembre 17 del 2015
9.- “PARÁBOLA DE LA RED”
(Mt 13, 47 - 51)
“También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes”. “¿Habéis entendido todo esto?”. Dícenle:”Sí”. Y él les dijo: “Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo”.
ACTOS DE PREPARACIÓN:
Fortalécete queridísima Fe verdadera; haz posible la maduración de mi entendimiento hacia los mandatos Divinos.
Crece dentro de mí Esperanza alentadora, e inunda mi ser para aguardar con plena confianza el mensaje de Dios.
Muéstrate Caridad benefactora; que se palpe en mi actuar tu presencia para ser digno reflejo del Amor del Padre.
PETICIÓN:
Amadísimo Señor, prolonga en mí en este momento de meditación, la bondad de tus dones que hacen posible mi crecimiento espiritual, en apego a tus palabras.
EL TIEMPO Y EL LUGAR:
Debe ser muy entrada la noche ya, pues Jesús ha estado predicando durante horas en este mismo lugar: la orilla del Mar de Galilea frente a Cafarnaúm. Se puede palpar la serenidad de la velada, aún con luz en el horizonte, pues la calma de toda la gente es manifiesta al haber escuchado todas las semejanzas que Cristo ha hecho del Reino de los Cielos. No hay ningún comentario de parte de los asistentes hacia lo dicho por el Divino Maestro que haya reseñado el evangelista; todos están atentos a su discurso. Después de este evento, Jesús y sus Apóstoles iniciarán un largo viaje por toda la Galilea antes de volver a esta ciudad. Irán a Nazara, ‘la patria de Jesús’ como lo señala San Mateo.
LOS PERSONAJES Y ELEMENTOS:
La red es el Reino de los Cielos; el mar es el mundo; pescados buenos y malos, somos todos los que oímos la Buena Nueva. Implícita en la narración, está el accionar y el resultado de cada uno en la aplicación del Evangelio en nuestra vida, lo que, al final de nuestros días, servirá como juicio para alcanzar la salvación, o no.
Los ángeles que menciona el Señor, son precisamente los guardianes celestiales a los que ha sido confiada la custodia de los hombres; son la ayuda Divina con la que contamos de forma inmediata, para conducir nuestro comportamiento y alcanzar la salvación.
El ‘horno de fuego’ es el infierno, a donde serán enviados aquellos que, a pesar de haber conocido el Evangelio, de haber entrado en las ‘redes del Reino de los Cielos’, no han querido actuar conforme a las enseñanzas de Jesucristo.
El ‘escriba que se ha hecho discípulo’ del Evangelio, en primera instancia es Mateo (quien era un estudioso de La Ley y Los Profetas antes de seguir a Jesús), pero que ha optado por adherirse a la Nueva Alianza; en segunda instancia somos los ‘escribas modernos’ que hemos encontrado al Señor. El ‘dueño de una casa’, volvemos a ser todos los que hemos querido seguir a Cristo; y ‘lo nuevo y lo viejo’ son nuestras costumbres anteriores, nuestra forma distinta de considerar la Palabra de Dios, y ahora guiada por el Magisterio de la Iglesia.
MEDITACIÓN:
Así, muy discretamente a su favor, Leví (Mateo) termina el “Discurso Parabólico” del Divino Maestro; con esta muy significativa para todos, ‘parábola de pescadores’. Y digo a su favor, por el cierre que el Señor hace de esta explicación, acerca del ‘escriba cristiano’. Leví, que era el nombre de Mateo, había sido enviado por su padre a estudiar en las mejores escuelas judías la Ley, las costumbres y los Profetas; lo quería sabio, influyente y poderoso. Sin embargo, el joven levita pronto escogió el mejor camino, dejó todo, cambió todo y siguió al Verdadero Maestro.
¿Es así como he hecho yo? ¿He dejado atrás todo mi pasado, todo lo que me impide acercarme a Jesús para ser su discípulo? Porque ahora no solo se trata de escribas antiguos, también se trata de hombres modernos con ‘demasiadas cosas en la mente’ que solo apartan de Cristo. Y eso que me aparta de mi Salvador, eso que se interpone entre Él y yo, es lo que puede hacer que, en el momento del ‘fin del mundo’, al final de mi vida, yo sea separado de la red como parte de los ‘peces malos’; los que no dieron el tamaño adecuado, los que no tienen la calidad requerida para ser considerados en los cestos de la pesca buena.
Esta pesada carga de ‘antecedentes no gratos’, de pecados no confesados o pendientes de recibir el misericordioso perdón de Dios; estas actitudes impropias de un verdadero cristiano que todavía conservo, pueden ser la diferencia final.
Y la diferencia es vida o muerte; es salvación o condenación; es ser de Cristo o del Demonio en cualquiera de sus manifestaciones. Aquí es donde mis actos de Fe deben imperar sobre mis conjeturas de racionalidad humana; ahora es cuando mis actos de Esperanza deben normar mi voluntad ante las cortas expectativas que ofrece el mundo; este es el momento en que mis acciones deben mostrar la Caridad como fruto verdadero de cuanto pienso, digo, hago y soy.
FRUTO:
VOY A ESCRIBIR DOS PROPÓSITOS TANGIBLES Y ALCANZABLES QUE DEBERÁN CAMBIAR MI VIDA, A FIN DE SER UNA PERSONA CONGRUENTE ENTRE LO QUE ACABO DE APRENDER DE JESUCRISTO Y LO QUE DEBO HACER COMO UN DIGNO SEGUIDOR DEL SEÑOR.
1
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ORACIÓN A MARÍA:
Virgen Santísima, ayúdame a encontrar la mejor forma de dejarlo todo por tu Hijo, hermano y Señor mío, para que al igual que tú, opte por seguirlo y sea digno de llamarme discípulo suyo, cristiano íntegro y fiel seguidor de sus mandatos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
PADRENUESTRO – AVEMARÍA
En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
Afectísimo en Cristo de todos ustedes,
Antonio Garelli
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Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.