¡Alabado sea Jesucristo!
Junio 6 del 2014
SAN NORBERTO
FUNDADOR Y ARZOBISPO
Muy queridos todos en Cristo Jesús:
El Glorioso Fundador de la Orden Premonstratense, San Norberto, nació en Seten, en una de las más ilustres casas de Alemania y fue hijo de Heriberto Conde de Gnepp y emparentado con el Emperador Alemán del momento. En su mocedad se engolfó con las vanidades del Siglo XI y era algo así como el alma de todas las diversiones de la corte; mas trotando un día a caballo hacia un lugar de Westfalia llamado Freten, seguido de un solo lacayo, se levantó un furiosa tempestad y cayó un rayo a los pies de su corcel, que le derribó, quedando como muerto por espacio de una hora.
Vuelto en sí, sintió de tal manera tocado su corazón que exclamó como Saulo de Tarso: “Señor, ¿qué quieres que haga?” Y desde aquel día dejó los ricos vestidos, y dando de mano a todos los devaneos del mundo, resolvió entregarse del todo al servicio divino. No había querido recibir hasta entonces órdenes sagradas a pesar de ser canónigo; y una vez recibidas, comenzó a predicar con gran fervor, y admiración de los oyentes; que veían convertido en santo misionero al que habían visto cortesano tan liviano y disoluto.
Habiéndosele juntado trece compañeros suyos, buscó un lugar solitario, áspero y apartado que se llamaba Premonstrato, en el Obispado de Lauduno, donde asentó los fundamentos de un monasterio; y allí tuvo su origen la nueva orden de canónigos, que se llamó de la misma forma que el lugar: Premonstratense. Tomó la Regla de San Agustín y el hábito blanco. Entabló con sus compañeros una vida de mucha penitencia y más angelical que humana; y el Señor le ilustró con singulares dones de profecía y de milagros.
Mas acompañando en un viaje al conde de Champaña, fue elegido muy a su pesar para el Arzobispado de Magdeburgo, y conducido por guardias de vista a aquella iglesia, a donde llegó con un pobre hábito y con los pies descalzos, pero con universal aplauso de gozo del clero y del pueblo. Un día, vino a él un hombre para confesarse, y aunque llevaba traje de penitente, así que el santo le vio, mandó que le quitasen la capa y que mirasen lo que traía y hallaron que iba armado con un puñal para matar al Arzobispo, como él mismo confesó arrepentido ya de su pecado.
Finalmente, habiendo provisto de prelado a la Orden Premonstratense, y gobernado santísimamente su Iglesia en Magdeburgo, por espacio de ocho años, a los cincuenta y tres de su vida preciosa, entregó su espíritu en las manos del Creador; quedando santo el cadáver sin la menor corrupción y expuesto nueve días a la veneración del pueblo, quienes aprovecharon tal exposición para la obtención de cuantiosísimos milagros de San Norberto.
La Orden Premonstratense en tiempos de su Fundador, llego a contra mil trescientos monasterios de hombres y cuatrocientos de monjas, en treinta provincias por toda Europa; en donde dedicaban su vida a Dios más de treinta mil almas del Señor. San Norberto de Seten, visionario reformador de la vida monástica, ejemplo para la nuestra.
Afectísimo en Cristo de todos ustedes,
Antonio Garelli
Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.